Y cuántos de esos manifestantes han salido a la calle contra las políticas de los precios de los pisos y el suelo, la inmigración , la precariedad laboral y los bajos sueldos, la corrupción, una inflación desbocada... Ah, no, que de eso no se puede subir una foto para quedar guais. El postureo del S.XXI y la hipocresía que nos rodea no nos deja ver los arboles.
A Marc Giró se le debería escuchar cuando habla. Que es fácil quedarse en la fachada que muestra (porque así lo quiere) tirando a frívola, siendo un tipo bastante más inteligente y culto que la media de los que le critican a las bravas. A las bravas o porque no llegan a más, claro.
Un evento privado pagado con dinero público? Me pinchas y no sale sangre! Qué va a ser lo siguiente? Montar un circuito de F1 en medio de un polígono industrial que no costará un euro al ciudadano para dejar un pufo del copón cuando ya no estén los que están?
Igual no ha descubierto la sopa de ajo, pero tampoco dice ninguna tontería que no sepan los que quieren saber. Que habrá otros que son más felices postureando y con esquivarlos, suficiente.
#7 "Perdone, caballero, pero ante el creciente nivel de cachondez que ando experimentando, sería posible aposentar mis manos en su, a priori, apetitoso aparato sexual? "
Aún recuerdo que la fui a ver el día del estreno, en pleno centro de Barcelona, en la primera sesión. Éramos siete personas en todo el cine. Siete. Aún doy gracias por ello.
Se dará cuenta alguien en algún momento de que estamos hablando de pa-ti-ne-tes y bi-ci-cle-tas? Que son poco más que un juguete y que en la sociedad actual, tal y como está montada, no es viable que circulen por la vía pública como medio de transporte?
O igual se han dado cuenta pero (punto uno) no se atreven a pegarse un tiro electoral en el pie y (punto dos) es más barato que montar una buena red de transporte público. Por no olvidar lo bien que quedan algunos brindis al sol ecológicos y sostenibles.
#3 Pero llega semana santa y ni una habitación libre, ni una mesa libre, las carreteras colapsadas... Y claro, después que si un pote de lentejas ha subido 10 céntimos, qué escandalo! Dónde vamos a llegar!
El Ajuntament de Barcelona sí que es un monumento a la mediocridad, sí. Uno de esos que dejarán una huella (la peor) en la ciudad cuando nadie se acuerde ya de ellos.