"Es la constatación de que los maleducados, los descerebrados acaban por imponer la manera de vivir. No lo soporto."
Yo tampoco. Pero es que ese es el verdadero problema. No es sólo el griterío. Son los perros, los patinetes, las terrazas, el tráfico. Y no oyes a nadie quejarse. Nadie dice nada.
Bueno, quizá sea porque si te quejas igual te puedes llevar unos cuantos insultos. O un par de hostias.
Los sapos de aquí tienen veneno. El sapo común tiene en especial unas glandulas parótidas por las que expulsa veneno y creo que toda la piel es venenosa.
Las nutrias, que se los comen, lo saben bien. Los pelan cuidadosamente y abandonan la piel, vuelta como un guante del revés.
El aspecto entre siniestro y macarra de las policías en este país me parece lamentable.
Policias municipales (ya sé que se dice “locales”, pero no me gusta insultar) he visto yo con la cara cubierta mientras vigilaban la entrada a colegios.
Estoy aterrado.
Hace un tiempo me di cuenta de que todos los adolescentes van vestidos de negro riguroso y me preguntaba por qué. Temo que las imágenes de esta concentración me lo hayan explicado.
Ojalá me equivoque.