“Las encuestas dicen que una abrumadora mayoría está en contra del cambio de hora”
Si las encuestas dijeran la verdad “¿Está usted a favor de perder una hora de luz en su tiempo de ocio y ganarla en su trabajo para siempre?” La gente se daría cuenta y saldría un rotundo NO.
Porque, no nos engañemos, lo que pretenden hacer es dejar el horario de invierno para siempre, el de verano amaneciendo a las 10 en enero es inviable, y eso implica lo que implica.
En realidad, para el ciudadano medio, el cambio de hora es una solución mucho más práctica para disfrutar de las tardes cuando hace buen tiempo, por eso la sensación general es de buen rollo cuando ponen el de verano y “por fin puedo aprovechar más la tarde”, y de “agg” ahora cuando ponen el de invierno (el que se quedaría para siempre).
Sin embargo, 40 años de telediarios rellenando minutos diciendo lo “malísimo” que es cambiar esa hora para el cuerpo ha hecho que una parte de la sociedad, la menos crítica, asuma que es tremendo sin pensar en todo esto y crea que vaya a ser bueno que la hora de luz que te quitan de tu tiempo libre, la pases en la
oficina todo el año.
En resumen, ROTUNDAMENTE A FAVOR del cambio horario, el Perro mejor se dejaba de estas cocas y miraba para la vivienda.
Aquí donde yo vivo hay un furtiveo que no es ni medio normal.
Hace tres semanas, estaba yo sentado a la puerta del trabajo (una base de bomberos forestales en mitad del monte, a una distancia del pueblo de 10-15min caminando), mis compañeros ya se habían ido, y se apagó la luz que tenemos por fuera programada. Pues a los cinco minutos o así, zambombado al puto lado de la base. Llamé a la Guardia Civil y me dijeron que yo no entendía, que eso que había oido es un dispositivo automático para espantar a los pájaros de los cultivos y frutales. Aquí no hay cultivos ni frutales, no hay más que puto pino resinero por todas partes y algún madroño, así que les dije que eso eran disparos de rifle, que no he nacido ayer, y que si me pasaba algo de camino a casa era responsabilidad de ellos. Ahí ya reaccionó el señor guardia y me dijo que me enviaban una patrulla.
Pero no es la primera vez. Hace tres años, a principios de agosto, estaba durmiendo en el cañón del rio Batuecas, aquí al lado del… » ver todo el comentario
Si las encuestas dijeran la verdad “¿Está usted a favor de perder una hora de luz en su tiempo de ocio y ganarla en su trabajo para siempre?” La gente se daría cuenta y saldría un rotundo NO.
Porque, no nos engañemos, lo que pretenden hacer es dejar el horario de invierno para siempre, el de verano amaneciendo a las 10 en enero es inviable, y eso implica lo que implica.
En realidad, para el ciudadano medio, el cambio de hora es una solución mucho más práctica para disfrutar de las tardes cuando hace buen tiempo, por eso la sensación general es de buen rollo cuando ponen el de verano y “por fin puedo aprovechar más la tarde”, y de “agg” ahora cuando ponen el de invierno (el que se quedaría para siempre).
Sin embargo, 40 años de telediarios rellenando minutos diciendo lo “malísimo” que es cambiar esa hora para el cuerpo ha hecho que una parte de la sociedad, la menos crítica, asuma que es tremendo sin pensar en todo esto y crea que vaya a ser bueno que la hora de luz que te quitan de tu tiempo libre, la pases en la
oficina todo el año.
En resumen, ROTUNDAMENTE A FAVOR del cambio horario, el Perro mejor se dejaba de estas cocas y miraba para la vivienda.
Hace tres semanas, estaba yo sentado a la puerta del trabajo (una base de bomberos forestales en mitad del monte, a una distancia del pueblo de 10-15min caminando), mis compañeros ya se habían ido, y se apagó la luz que tenemos por fuera programada. Pues a los cinco minutos o así, zambombado al puto lado de la base. Llamé a la Guardia Civil y me dijeron que yo no entendía, que eso que había oido es un dispositivo automático para espantar a los pájaros de los cultivos y frutales. Aquí no hay cultivos ni frutales, no hay más que puto pino resinero por todas partes y algún madroño, así que les dije que eso eran disparos de rifle, que no he nacido ayer, y que si me pasaba algo de camino a casa era responsabilidad de ellos. Ahí ya reaccionó el señor guardia y me dijo que me enviaban una patrulla.
Pero no es la primera vez. Hace tres años, a principios de agosto, estaba durmiendo en el cañón del rio Batuecas, aquí al lado del… » ver todo el comentario