A priori, podría parecer que una simple bolsa de Cheetos vacía no tendría por qué resultar tan dañina, pero la por desgracia, la realidad es que sí. Según informaron desde los canales oficiales del parque, "el maíz procesado, ablandado por la humedad de la cueva, formó el ambiente perfecto para albergar vida microbiana y hongos".
Y señalan que, "los grillos, ácaros, arañas y moscas de la cueva pronto se organizaron en una red alimentaria temporal, dispersando los nutrientes por la cueva y las formaciones circundantes"