Adiós, amigo, compañero; te vas sin permiso, con el agravio de un cáncer sin perdón. Mierda. Amigo, has sido un aporreateclas anónimo, como tantos otros de nosotros y nosotras, pero has dejado amigos y experiencias técnicas en tus amigos y amigas, recuerda a Sarah (Nueva York) y a María (Los Ángeles), a Juan Carlos (Madrid), y a tantos amigos y amigas a los que nos has enseñado tanto, y siempre hemos estado y estaremos en las sombras, entre bambalinas. Te vas sin permiso, pero te lo perdono. Te cito: "La vida es como una …