A ver cuándo prohiben las procesiones. Que les hagan un como un sambódromo en las afueras de la ciudad y que hagan la cabalgata allí sin molestar a los demás.
Tras años de postmodernismo e idiotas en las facultades de periodismo proclamando que la objetividad no existe, que cada cual tiene su relato y su verdad, ¿qué cabía esperar?