Me parece increíble que estén debatiendo si el voto del público en Eurovisión fue limpio,
mientras un Estado arrasa hospitales, corta el agua, y entierra niños vivos bajo escombros.
Es como si en plena dictadura franquista,
mientras el garrote vil seguía caliente,
alguien se indignara porque censuraron un chiste en la revista “La Codorniz.”
Europa se rasga las vestiduras por un par de puntos en una gala pop,
pero no pierde el sueño por los cuerpos calcinados con armas que ella misma financia.
No es que el voto esté manipulado. Es que la conciencia colectiva ya fue bombardeada hace rato.
#15 Por sí aún no lo entendiste, cara de malo, te lo traduzco en moral de mercado(que probablemente es la única que entiendes): Luigi mató a uno.
El otro multiplicó millones de muertes…
en cuotas y con receta.
Hablar de “vena fascista” cuando alguien se pregunta si la justicia aún respira
es como llamar terrorista al esclavo que rompe su cadena.
Curioso es que vos aún creas que la moral es simétrica,
como si el puñal del desesperado y la jeringa letal del Estado fueran lo mismo.
#37 solo recordemos que los egipcios hicieron construcciones como las pirámides y luego su misma civilización “desaprendió” las técnicas. Como para tener presente lo posible que es llegar a un estadio de técnica avanzada y retroceder intelectualmente hablando.
#64 No se trata de comparar penurias como quien cuenta cadáveres para ver quién gana.
La diferencia no es entre vivir “de puta madre” o no,
sino entre un sistema que aún se aferra al deseo de futuro,
y otro que ha mercantilizado tanto la existencia
que la reproducción ya no es un acto vital,
sino un cálculo económico.
En la India se sobrevive también, sí.
Pero en Occidente, se sobrevive con WiFi y ansiedad crónica,
en departamentos que valen tu útero y medio sueldo.
El drama no es la falta de hijos.
Es que ya nadie quiere traerlos al mundo que construimos.
#44 El descrecimiento poblacional no es una simple curva en descenso; es el grito silencioso de sociedades que ya no desean perpetuarse.
En Corea del Sur, en España, y en otras vitrinas del capitalismo tardío, la vida ya no se reproduce porque ya no se vive, se sobrevive.
Salvando las distancias, me sentí muy identificado pero no por una enfermedad sino por una adicción qué dinamitó cualquier posibilidad de vínculo saludable con mi madre. En mi caso, y las leyes de mi país, la única forma de que ella mejore es si le nace a ella o pone en peligro a terceros, cosa que no pasó en más de 15 años.
Sentimientos y emociones similares, contexto distinto.
Si Putin lo hubiera hecho, el Mediterráneo sería zona sagrada.
Pero como lo hizo un aliado,
el mar es apenas un charco más…
donde naufraga lo poco que quedaba del alma europea.
Europa no calla por ignorancia.
Calla porque ya eligió bando.
Y ese bando no es la humanidad.
#8 la vibración, el desenfoque, jugando mucho con macros te da dolores de cabeza para arreglarlo en post. Esto parece ser más sencillo y fácil sin necesidad de edición después ya que en tiempo real se ve impresionante.
#21 sos de los que confunde el total con per capita como medida real de medición seria.
Pero ahora, per cápita, según datos aproximados de 2021:
1. EE.UU. – ~14.9 toneladas per cápita
2. Rusia – ~11.4 toneladas per cápita
3. Japón – ~8.7 toneladas per cápita
4. China – ~8.1 toneladas per cápita
5. India – ~1.9 toneladas per cápita
Cuando ya no basta con matar al hombre,
se mata al agua, se mata al pan,
se mata al camión que limpia la mugre que dejaron las bombas.
Israel no combate enemigos, combate condiciones de vida.
Destruye excavadoras para que no se reconstruya,
camiones de agua para que no se beba,
camiones de basura para que la muerte huela a podredumbre.
No es guerra: es asfixia.
No es defensa: es ingeniería del exterminio,
donde la vida misma es el objetivo.
#17 La pobreza es la Hidra que el sistema engendra y teme,
y estos alcaldes de puño firme y mente hueca,
pretenden vencerla cortando cabezas
con opio barato y purgas televisadas.
No entienden que la miseria no se mata,
porque no es una persona, es un síntoma.
Cada vagabundo caído bajo la droga que regalan,
será reemplazado por dos más:
uno expulsado por el mercado,
otro olvidado por el Estado.
Cuando la política abdica y el mercado asume,
la solución a la pobreza no es la justicia,
es la desaparición.
Darles fentanilo, dice el alcalde, como quien ofrece veneno al sediento,
no para aliviar su dolor, sino para erradicar su presencia.
No es sólo una frase brutal:
es el síntoma de una sociedad que ya no quiere resolver los problemas,
sino enterrarlos bajo una alfombra de opio y olvido.
No buscan sanar, buscan purgar.
Y en nombre del orden, llaman crimen a la miseria
y justicia a la eutanasia social.
Este no es el fin de la compasión,
es el inicio del exterminio legalizado.