Las redes sociales son, nos guste o no, nervio vivo del presente.
Pretender excluirlas como fuente es negar que la historia hoy también se escribe en 280 caracteres.
Pero tampoco podemos caer en la trampa del tuit convertido en verdad absoluta por puro impacto.
Por eso, no hay que vetarlas: hay que exigirles más.
Permitir su uso como fuente no es el problema,
el problema es cuando un tuit de tres palabras tiene el mismo peso que un artículo con contexto, datos y desarrollo.
Si vamos a aceptar contenido de redes,
entonces que venga acompañado de elaboración, análisis y explicación,
como mínimo. De lo contrario, no es información:
es solo el reflejo inmediato de una sociedad que ya no lee, solo reacciona.
No se trata de censurar la inmediatez,
sino de evitar que la trivialidad se cuele como verdad.
No es una agencia. Es el brazo armado de la paranoia neoliberal.
ICE ya no es una agencia: es el músculo sin cerebro del Imperio. No es un aumento de presupuesto.
Es una mutación del Estado:
de garante de derechos a máquina de vigilancia y represión.
Es una arquitectura del miedo financiada con dinero público
y justificada con el discurso de “seguridad nacional”.
#30 Lo del rabino disertando en el CCK, transmitido por la TV Pública, no es inclusión ni pluralismo.
Es una señal ideológica.
Mientras se despide a trabajadores de prensa, se vacían espacios culturales y se privatiza el alma del Estado,
algunos discursos siguen teniendo vía libre, horario central y cero recorte.
No es judaísmo: es sionismo simbólico estatal.
Una alianza de hierro entre capital, fe institucionalizada y poder político,
camuflada de espiritualidad.
Lo que ves no es religión.
Es hegemonía en cadena nacional.
#49#44 No es antisemitismo. Es análisis del poder.
Que la TV Pública transmitiera a un rabino disertando en el CCK no es un acto de diversidad:
es una puesta en escena de quién tiene micrófono, espacio y legitimidad simbólica
en esta nueva teocracia del mercado.
Y sí, mientras los jubilados rascan el fondo del monedero,
hay empresarios que se pasean por el país como si fueran dueños, no ciudadanos.
Porque en la Argentina de Milei,
lo espiritual sirve si cotiza,
y el Estado solo “molesta” cuando no le sirve al capital.
La religión no molesta si bendice al mercado.
Y el poder no es invisible:
usa barba, corbata… y suele tener inmobiliaria.
Te ahorro un click: Medio que la nota habla de "sus pensamientos" pero sólo los nombra más de lejos aún que por arriba. Muy tendensiosa sin aportar nueva información más que en el título.
#101 Sí, Hacienda usa IA, algoritmos y cruces de datos... pero curiosamente nunca detectó las sociedades offshore del Rey emérito,
ni los tejemanejes fiscales de Amancio Ortega,
ni el fraude sistemático de las eléctricas con sus "costes reconocidos".
En cambio, si un autónomo factura dos veces el mismo NIF en un trimestre,
le cae una sanción que ni BlackRock pagaría con gusto.
La tecnología es avanzada, sí.
Pero su puntería siempre mira hacia abajo, que loco, ¿no?
Claro que Trump “no tolerará” un juicio contra Netanyahu.
En la democracia globalizada del dólar, la justicia es tolerable solo cuando juzga enemigos del Imperio.
Si juzga aliados, se convierte en inconveniencia intolerable.
El mensaje es claro:
la corrupción no es un crimen…
es un privilegio reservado a los amigos.
No es justicia, es imperialismo jurídico.
No es política, es obediencia debida y punto final como diríamos en Argentina.
Qué curioso: no hay IA para perseguir a los evasores de impuestos,
ni para rastrear a los que especulan con vivienda o subfacturan exportaciones.
Pero para detectar un foco de marihuana en un polígono,
ahí sí aparece el futuro.