#7 . A estas edades, me dicen de hacer algo concreto (2+2=4) y yo les hago unas derivadas. Osease, me da igual. No hay notas finales, ni exámenes, ni tutorías de padres. Hasta ahí podríamos llegar.
#5 Bueno, yo que hice filología en su día y toqué todos los palos (del plan antiguo, antes de Bolonia), cuando hacer filología te garantizaba profundizar en muchas corrientes, e innumerables autores), a esta profe le ponen los formalistas rusos (léase Viktor Shklovski), que a mí me dejan indiferentes... Yo era más de Derrida, Barthes... Pero voy aprendiendo cosas nuevas y sobre todo volviendo a escribir, que lo tenía muy dejao de hace años y ya me apetecía...
#3 Es que me viene al pelo para los ejercicios que nos pone la profe en el taller de escritura creativa en el que estoy inscrita. Gracias de nuevo! A ti y a @Feindesland
Excelente artículo. Por esos misterios de la mente, estaba recordando en estos momentos dos ejemplos antagónicos de política: Julio Anguita en el lado de la honestidad y la honradez y el de Ángel Carromero (por poner un ejemplo de cachorro pepero) que demostró que sabía hacer todo lo que en política sentenciaría tu muerte pública.
Me sigue flipando que una religión que les fue impuesta hace ya más de cinco siglos, y no precisamente a las buenas, eliminando todo rastro de las propias creencias indígenas, siga persistiendo en pleno siglo XXI y que además es el mayor fondo de nuevas remesas de sacerdotes y monjas de la mayor secta. Y luego te vienen con que ellos tienen una idiosincrasia exclusiva y lo del orgullo de ser hispano y esas gaitas.
Lavará su imagen donando a la sanidad algunas de esas maquinitas inutilizables, como ya hizo el señor Amancio. Si es que se comportan según el mismo patrón...
#10 Una gran mayoría de los que llegan, lo hacen como turistas. Suele llegar con una red de contacto amplia que les van ayudando en su proceso de inserción e instalación, así como de búsqueda de trabajo.
Con las docenas de miles de argentinos que han huido del país para no morir de hambre... Aquí en Italia, no paran de llegar ciudadanos argentinos acogiéndose a la ley de abuelos. En mi clase de italiano, es brutal cómo han aumentado las inscripciones.