Los Estados Miembros tienen distintos puntos de vista y suelen hablar en diferentes idiomas, por ese motivo la Organización ha adoptado seis lenguas oficiales: el árabe, el chino, el inglés, el francés, el ruso y el español. La correcta interpretación y traducción de estas seis lenguas, tanto de forma hablada como escrita, tiene un gran valor para el trabajo de la Organización, porque es precisamente lo que permite la comunicación clara y concisa en los asuntos de importancia mundial.