Ayer opté por abandonar Meneame una vez más, impulsado por la profunda indignación que me produjo constatar cómo, tras el anuncio de Trump sobre un acuerdo de paz entre Israel y Palestina, aquí reinaba un silencio sepulcral, dado que tal noticia perturbaba la narrativa establecida que retrata a Trump como una encarnación del mal absoluto. Hoy, al conocerse la concesión del Premio Nobel de la Paz a María Corina Machado, me encuentro con una izquierda radicalizada y colérica, presa de un paroxismo de furia, absolutamente …