Hace 6 años | Por Ripio a danielmarin.naukas.com
Publicado hace 6 años por Ripio a danielmarin.naukas.com

El sistema solar no acaba en Neptuno. Más allá se encuentran miles de cuerpos helados agrupados en el cinturón de Kuiper, la —hipotética— nube de Oort y otras estructuras que todavía no están demasiado claras.

Comentarios

D

Así que en el fondo, lo de que los datos de OSSOS habían descartado a Planet 9 era falso, como decía Brown justo antes de irse de vacaciones.
Creo que hay mucha gente que le tiene manía desde lo de Plutón. Mucha tontería

valoj

Varias veces en la historia de la física, se ha pretendido explicar un comportamiento anómalo de elementos conocidos, con hipótesis relacionadas con otros posibles elementos desconocidos, pero cuya naturaleza se derivaría de algo conocido. Anteriormente a la Relatividad de Einstein, el éter, por ejemplo. Fué importante cuando Michelson y Morley, y su interferómetro (el instrumento que usaron para medir la velocidad de la luz), se encontraron que la velocidad de la luz era constante independientemente de la dirección en la que se medía (se midió a favor de la órbita terrestre y el contra, y se suponía que la diferencia entre ambas medidas debia ser, lógicamente, la velocidad de la orbita de la Tierra, pero resultó que no encontraron difererencia). Esto sorprendió, pensaron: ¿Cómo es posible? Errores de medición, tal vez. O tal vez, algo que llamaron éter: una substancia, precisamente "etérea" y por ende difícilmente detectable (parecido a lo que hoy vemos en los neutrinos), que supusieron que permeaba el universo, y que hacía ir a caballo a la luz empujado por el cuerpo material de la Tierra, del mismo modo que si se empuja un palo submergido en agua hacia una dirección, localmente, el agua que se halla en las inmediaciones del palo, lo acompaña en su trayectoria, y se moverá en la misma dirección. A nadie, en ese momento, se le ocurrió que no habia error, ni elementos desconcidos, sino que la naturaleza de la luz era diferente, tal como Einstein aclaró. En definitiva, que la física estaba incompleta, y era baladí teorizar con unos cimientos parciales.

Algo parecido pasó con el perihelio de Mercurio y su órbita (el cambio angular progresivo respecto al plano en el que los planetas orbitan, "más o menos"). En la época en la que se detectó eso, la única teoría sobre gravitación existente era la de Newton, teoría que no lograba explicar ese comportamiento de Mercurio, debido a su cercanía al Sol y la influencia intensa de su gravedad (cosa que hoy sabemos, pero no entonces). Lógicamente, los físicos de la época teorizaron de todo, en base a elementos conocidos y mil combinaciones entre ellos para explicarlo, pero a ninguno se le ocurrió romper la baraja y buscar lo desconocido, hasta que Einstein llegó, lo explicó, y despojó a Mercurió de misterio.

Con esto no digo que el Planeta 9 no exista, de hecho, quisiera que existiera, me encantan estas cosas y su descubrimiento me encantaría. Pero debe haber prudencia, pues la historia de la física nos dice que tal vez estamos ante el Planeta 9, o tal vez, si no existe, estamos ante otra prueba de lo mucho que nos falta por descubrir y entender, si es que algún día podremos.

E

#4 Comparto contigo que muchas veces el problema es que la teoría usada para explicar un hecho está incompleta o insuficiente, como los casos que has expuesto, pero el hecho aquí es que hay precedentes, como el descubrimiento de Neptuno (https://es.wikipedia.org/wiki/Descubrimiento_de_Neptuno) . Quizás por ello insistan tanto. Un saludo.

Wayfarer

El Planeta 9 siempre será Plutón en nuestros corazones.