Aunque no sabía que aquello era la hoy famosa masculinidad tóxica, me la tuve que comer desde muy niño. Lo normal era que un niño quisiera jugar al fútbol. Llegar a rechazarlo, como acabó pasando, me situó en una posición difícil porque es en el campo de fútbol donde se adquiría el estatus aunque no tuvieras ni puta idea de jugar al fútbol. La cosa fue tan delirante que hasta mi tutor del colegio mandó un nota a casa reclamando a mi madre para una reunión (a nadie se le ocurría que un padre pudiera hacer eso), con el objetivo de informar...
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etiquetas: fútbol , violencia , agresividad , educación , padres , bullyng
A mi hijo mayor se la suda el fútbol también y no tuvo ningún problema por irse a leer, si acaso los tuvo no fue con los compañeros que jugaban al fútbol sino con los que no jugaban, porque los alumnos problemáticos no juegan al fútbol, son problemáticos hasta para eso y en… » ver todo el comentario
Pero tiene sentido que en los colegios donde el campo de deportes ocupa casi todo el patio y encima no está bien cercado, es fuente de conflicto y… » ver todo el comentario
Llamarle "masculinidad tóxica" a jugar al fútbol en el recreo es de una estupidez supina. Tóxico será el no ser educado y mandarle un balonazo a alguien a propósito, no jugar al fútbol.
Y yo aborrezco el fútbol en cantidades industriales.