En un pequeño taller de menos de diez metros cuadrados, Lois Raposo, vizcaíno de 56 años, ejerce su oficio de afilador. Es uno de los últimos en su profesión. No solo en España, sino en Europa. “El oficio no se está perdiendo, lo que se está perdiendo son los afiladores”. Raposo señala que tiene “pudor” para hablar de dinero, pero lleva “una vida económica muy cómoda”. Los chavales no quieren hacerse afiladores. Piensan que no van a tener un buen sueldo, pero los hijos de los afiladores si saben lo que ganan sus padres y aún así no quieren.
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Entre los múltiples lugares a los que han emigrado los gallegos está el País Vasco como uno de ellos, y con ese nombre y esa profesión, apunta a origen ourensano.
En cuanto a lo de relacionar el apellido con el pueblo eso es lo que han hecho en el artículo, yo sólo he añadido un chascarrillo.
Sí, me tiene pinta de llevar 8 apellidos vascos, de la zona entre Valdeorras y Ribadavia para ser exactos.
Así que él puede haber nacido en Barakaldo, pero me da a mí que oriundo, lo que se dice oriundo pues...
Cc: #6