Botellas de agua avanzan por una línea de envasado. Detrás de esa escena cotidiana hay agua caliente, vapor y calor de proceso trabajando sin descanso. Leche, cereales, cerveza, papel higiénico o lejía dependen de temperaturas constantes que, hoy por hoy, en la mayoría de fábricas estadounidenses siguen generándose quemando gas natural, carbón o fuel. Calor invisible, pero con una huella climática enorme. Cambiar combustible por electricidad podría reducir de forma inmediata y significativa esas emisiones en muchos sectores, según un informe.
|
etiquetas: electrificación , fábricas , co2
No necesitas producir renovable siempre ya que la propia industria balancea perfectamente, necesitas abaratar el acceso a la posibilidad de consumir muchísima potencia eléctrica cuando está barata.