La carne de vacuno consume más recursos por gramo de proteína comestible que la mayoría de los demás alimentos. Sin embargo, la carne de vacuno alimentada con pasto se promueve a veces como algo deseable desde el punto de vista medioambiental, basándose en la expectativa de que el ganado de pastoreo puede mejorar la captura de carbono del suelo, compensando así las emisiones de la producción. Examinamos cuantitativamente este punto de vista integrando observaciones empíricas con un modelo de ganado vacuno que utiliza ecuaciones estándar de la ciencia animal. Comprobamos que, incluso con una captura optimista de los pastos, la carne de vacuno alimentado con hierba no es menos intensiva en carbono que la carne de vacuno industrial y es entre 3 y 40 veces más intensiva en carbono que la mayoría de las alternativas vegetales y animales.