Es habitual afirmar que los estados mentales —imágenes, voces internas, sensaciones de dolor— serán explicados completamente por la neurociencia cuando conozcamos mejor el cerebro. Sin embargo, esta afirmación pasa por alto algo: no se trata de un problema técnico, sino de una imposibilidad conceptual si se adopta una ontología estrictamente materialista. Con esto no se está cuestionando la dependencia del pensamiento respecto al cerebro, se cuestiona algo distinto y más profundo: la identificación del contenido de …