No seamos ingenuos. Si hoy mismo surgiera algún político íntegro, que fuera incorruptible y trabajara en favor del pueblo, sería neutralizado ipso facto por el propio sistema.
En su época, todos los medios (incluidos los que se vendían de "izquierdas"), presentaban a Anguita como un iluminado, un chalado utópico y peligroso.
La opinión pública es altamente manipulable. Mientras no aceptemos este hecho y exijamos unos medios de comunicación que no traten a los ciudadanos como menores de edad, seguiremos discutiendo que si son galgos o podencos, mientras los partidos más corruptos se turnan en el poder para jodernos vivos. Es lo que hay.