En mi pueblo había uno muy, muy facha y su ídolo era Torrente.
Nunca entendió que era un personaje que se reía de los estereotipos rancios de los fachas de este país.
En el pueblo de mi mujer (que es pequeño) hay un hogar del pensionista, que es del ayuntamiento, pues lo ha cogido una familia que hace bien de comer y viene peña de todo alrededor para comer allí.
El negocio está ahí, solo hay que explotarlo.