España atraviesa un proceso inédito de fragmentación social: la clase media se contrae desplazando a muchas familias hacia estratos inferiores. Tras dos décadas de crisis encadenadas, las fases de recuperación no han cerrado la brecha y han llevado a España a contar con una de las tasas de desigualdad más altas de Europa. La integración social se erosiona y la exclusión grave permanece muy por encima de los niveles de 2007. En 2024, la exclusión severa se sitúa un 52% por encima de 2007, lo que arroja un saldo de 4,3 millones de personas.
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El «ascensor social» está roto y no sube más allá de las primeras plantas, una pequeñísima minoría viven el ático acaparando gran parte de la riqueza del país.
No importan los conocimientos, importan las agendas.
Los mas ricos pretenden seguir ganando cada vez mas dinero pero sin que el resto de personas avance, lo hacen acosta de ellos generalmente y eso al final va a ser insostenible.