Una mujer nigeriana de 30 años, residente en Aragón, recuerda el miedo que sintió la primera vez que pensó en acudir al médico cuando se enteró de que estaba embarazada: "Fue pánico de mi gente. Allí todos nos conocemos, todos vamos a la misma iglesia, y las noticias vuelan rápido, rápido. Pensé en mi madre, en la cara que iba a poner. En Nigeria abortar es una vergüenza que arrastra a toda la familia". Durante semanas intentó aparentar normalidad, hizo "como si nada" e iba al trabajo, sonreía, respondía "todo bien" a quien preguntaba. Pero por
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Poco más que añadir porque ella lo dice todo...
No hay más preguntas, señoría.
Su decisión enmierda a otros, como médicos que no quieren colaborar en eso.
Se opone al movimiento que conduce a la realidad y por tanto no se puede ver cambios en ella, lo que no da posibilidad para el desarrollo de la vida y el descubrimiento de nuevas ideas.
Que tu diosito lindo siga gobernando tu vida y deja a las demás mujeres gobernar la nuestra.
LO de la estupidez humana y el tamaño del universo es cierto.
Quien a día de hoy usará el cuento de dios para justificar algo en su trabajo, deberían despedirlo ipso facto.