“Eso vale mucho dinero, te puede costar entre 3.000 y 10.000 euros”. Es lo que escuchó Camila (nombre ficticio) de boca del propietario de un bar en València al que fue a pedirle trabajo. Camila, que prefiere no ser identificada, es colombiana y vive en España con un permiso de residencia, pero sin permiso de trabajo. Camila se negó, pero dice conocer a varias personas migrantes que han aceptado esa venta de contratos de trabajo por parte de empresarios que se aprovechan de la desesperación de quien necesita con urgencia un empleo.
|
etiquetas: venta , contratos , migrantes