En la última década, la expansión del crimen organizado se ha consolidado como un desafío fundamental para los Estados latinoamericanos y sus democracias. Si en el pasado pensábamos que este problema superaba solo a Estados débiles, con poca capacidad de proyectar su autoridad y presencia en amplias zonas de sus territorios, hoy es claro que también genera graves problemas entre los más fuertes de la región, como Costa Rica, Chile y Uruguay, países que han visto incrementar notoriamente los niveles de violencia criminal en la última década.
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etiquetas: américa latina , crimen organizado , desafío democrático
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Yo miraría al norte...
Creo que no se está prestando la suficiente atención al enorme fortalecimiento de las bandas criminales a nivel mundial y algunos políticos se creen que pueden jugar con fuego (golden visas, bienvenidos latinoamericanos millonarios sin origen claro de dinero, etc)