De forma periódica surgen ciertas dudas sobre los estudios evolucionistas de la mente. Recientemente han sido Bolhuis y Wynne, en Nature. Las críticas han sido respondidas en la misma publicación (Shettelworth, Wolpert), y De Waal ha publicado un pequeño pero ilustrativo comentario ("Darwin rie el último"
www.terceracultura.net/tc/?p=1509): las similitudes entre los humanos y el resto son tan profundas que, según parece, afectan también al sentido del humor.