No vamos para jóvenes. Ni yo, ni mi entorno, ni la sociedad que me rodea. Debería hablar bien de los viejos, por la cuenta que me trae, pero no consigo inspirarme para eso. Si, es cierto que con el paso de los años la gente va atenuando sus ramalazos y se vuelve menos impulsiva, que reflexiona más las cosas y sabe huir de las soluciones fáciles. Pero, por contra, con el tiempo, esa misma gente se vuelve también menos activa, menos imaginativa y más adicta a repetir las cosas que le funcionaron, aunque fuesen enormes tonterías o …