El destino no es más que un usurero

Publicaba el pasado 12/04/20 el usuario @Fun_pub este artículo en el que presentaba algunas reflexiones sobre esta “ayuda” que la UE finalmente nos prestará a los países más afectados por esto del Coronavirus, crisis que copa hoy la práctica totalidad de nuestras reflexiones y pensamientos. Andaba yo preparando otro escrito sobre el asunto, pero lo cierto es que este poco más aportaría de lo que ya bien hace ese artículo. Acaso tal vez una muestra más evidente del asco que la resolución del asunto genera.

Suelo buscar cierta moderación en mis mensajes y artículos, fui educado para el debate y creo saber mantener la conversación en el filo pero sin cortarla. Huir de la emocionalidad cuando así el objetivo lo reclama, y caer en ella cuando se requiere, domina eso que llaman “el estilo buscado” (otra cosa es el que se encuentre). Pero miren ustedes, en esta ocasión y sobre este asunto ni quiero ser moderado, ni quiero ser poco emocional, preferiré descubrirme. Porque una ocasión como esta exige que la recordemos por lo que es, y a ellos por lo que son: usureros.

Usureros porque como alimañas hacen negocio de la desgracia ajena. Usureros porque en vez de tender la mano al necesitado, como carroñeros le sacan los hígados. Usureros porque convertirán el sufrimiento en dinero, “sarnosos y avarientos, nunca están contentos”. Y no hablo de los ciudadanos alemanes o de los holandeses, no se confundan, poco importa lo que esas pobres almas, como las nuestras, opinen. Hablo de ese grupo de usureros que vuelan alrededor de la banca privada. Sí, como moscas alrededor de la mierda.

De nuevo lo han conseguido, de nuevo toda esa ayuda será depositada principalmente en las cuentas de los bancos privados de cada país que la vaya a necesitar. De nuevo un BCE capitalizado por cada estado prestará a bajos tipos a nuestros bancos privados, para que luego nuestros estados tengan que endeudarse con estos a mucho mayor interés. De nuevo esa banca privada alemana y holandesa (entre otras) se asegura que sus tenedores de deuda, banca privada española o italiana (entre otras), consigan la financiación necesaria para asegurar el debido pago. “La deuda ofende”, un dicho muy centroeuropeo y que Merkel y Rutte, también entre otros, bien han sabido llevar a cabo: “la deuda mejor en tú casa que en la mía”. Usted, lector, no solo rescatará a su país y a "sus" bancos. Ya lo lleva haciendo varios años, tal vez sin saberlo, de eso bien se guardan para hablar poco.

Hay que reconocerlo: que bien trabajan esos usureros, que brillante idea fue esa de los “eurobonos” y los “coronabonos”, entreteniéndonos con ese falso debate europeo sobre si “mutualizar o no la deuda”. Eso nunca estuvo en la mesa, ¿acaso no leyeron el ahora ya famoso “no mientras yo viva” que Merkel dio a conocer hace años? Bien explícita quedó la frase. A los cicateros, los de allí y los de aquí, poco les importaba en realidad ese asunto, su objetivo era asegurar que sus bancos saquen beneficio de esto, que por algo son usureros, deben honrar a tal adjetivo, que pronto los logros se olvidan. Y que fácil fue engañarnos para convertir esto en una disputa entre naciones, ¡qué bien sigue funcionando el viejo recurso del odio entre pueblos!, ¡qué sencillo confundirnos!.

Que decir de lo que arriesgan estas ratas que ahora volverán a engordar. Una ayuda que saldrá en su mayoría de un MEDE ya capitalizado con anterioridad, donde curiosamente Francia, Italia y España pertenecen por tamaño de PIB al grupo superior de capitalización (igual que para el BCE) solo por debajo de Alemania. Qué preocupación debía tener el ministro holandés por este asunto... Hay que decirlo clarito, y si es con rima mejor: dinerito público caliente que va a las cuentas de los bancos privados directamente. Sin riesgo y baratito. Que rápido se desdibuja esa línea entre sociedad política y sociedad civil que tantas teorías sustenta, ¿verdad?.

Encuentro gente que desea a la Troika de nuevo con oficina en nuestros ministerios, supongo que con la esperanza de una auditoria que pusiera en orden nuestros gastos y presupuestos, que expulse a toda esa “industria política” que tanto nos consume y a toda esa corrupción que tanto nos cuesta. Pero olvidan esos idealistas, en el fondo comprendo su desesperación, que esos mismos “hombres de negro” ya estuvieron aquí con anterioridad, y aquí sigue la “industria política” a pleno rendimiento, y aquí sigue la corrupción. No parece que esa Troika se interesara mucho en acabar con eso. A lo mejor les gusta así. A lo mejor es parte necesaria del tinglado.

Me encuentro también con algunos que ven ya el momento de salir de una UE que se muestra incapaz de actuar como un auténtico bloque económico, mientras defiende una política monetaria que empuja a los países menos potentes a emitir una deuda que, a pesar de las apariencias, gustosamente es concedida por el norte (lean este reciente artículo del usuario @res_cogitans donde esto se explica mejor). Sin embargo me temo que la necesidad, un escenario internacional de grandes bloques enfrentados y el poco inteligente uso que hicimos de lo que se nos dio nos impide tales valentías. Como el buen necesitado, aceptaremos el préstamo y honraremos al que nos lo concede.

"El destino no es más que un usurero", decía Michel Leiris. Que asco.