Ojalá me equivoque, pero será papel mojado.
Todas estas leyes no tendrán el efecto que los ciudadanos queremos mientras no se condene a la empresa final del contrato con multas ejemplarizantes y que desincentiven tales prácticas.
Del chocolate no diré nada por desconocimiento, pero de la desaparición del café y el vino, discrepo.
De café hay muchísimas variedades que se adaptan en mayor o menor medida a la altura, temperatura y otras variables. Probablemente lo que ocurra es que se cultiven variedades distintas a las actuales en cada plantación. Por otro lado, el 99% del café se estropea en el proceso antes de su comercialización por parte de Nestlé, Starbucks, etc. así que el consumidor final no notará mucha diferencia a la hora de degustar su café carbonizado con mucha leche y azúcar.
En cuanto al vino, las bodegas están por un lado intentando ganar altura en los viñedos para contrarrestar los efectos del cambio climático y por otro se están acostumbrando a producciones con mayor graduación alcohólica. Hay zonas como la de Champagne en Francia que el cambio climático les ha venido bien ya que hasta ahora, debido al clima, las uvas no alcanzaban a la cantidad de fructosa apropiada y tenían que añadir azúcar, manipulación que empieza a no ser necesaria.
Pero no es provocado por la música.
Los oyentes de reguetón tienen menos neuronas y, lógicamente, se activan en menor cantidad.
Para ser más interesante, el estudio debería comparar la actividad cerebral de los reguetoneros con la de los habitantes de un charco de ranas.
#14 Prohibir a las empresas comprar viviendas es muy complicado de encajar legalmente, pero siempre se puede hacer que el impuesto sea de aplicación a las empresas desde la 1ª.
Probablemente se podría conseguir a través de un impuesto a todas las viviendas y una bonificación del 100% a la vivienda habitual.