#2 A nadie fuera de la UE le gusta la UE porque simplemente una unión de países europeos les fortalece frente a negociar individualmente como microestados totalmente independientes. Por eso a Estados Unidos no le gusta, a Rusia no le gusta, al Reino Unido tampoco, y no sé hasta qué punto le gusta a China, porque para ellos realmente es un mercado inmenso con capacidad de compra donde colocar sus productos y estos se guían más por el tema comercial.
#24 Estos por descontado pero me flipa mucho como es algo mucho mas global de lo que yo imaginaba. Un amigo mio dice que es "la final de la Champions de los gays", de hecho a la Champions le llama "El Eurovision de los heteros" jajajaj
#2: Lo que no hace falta es que para cargar una sencilla página web con la misma funcionalidad que había en el año 2000, haga falta megas y megas de RAM, llegando casi al Gb, para una triste página web.
Dato: Windows 95 con programas de varios tipos ocupaba unos 100 mb en el disco duro. Y tenía colorines, podías ver vídeos... no estoy hablando de interfaces superespartanas.
En la Revolución Industrial fue cuando los ricos y los aristócratas, los propietarios de los medios de producción, establecieron horarios que hasta ese momento jamás habían existido porque se hacía la faena necesaria cuando tocaba y punto, no habían "doce horas" ni "de sol a sol" ni pollas en vinagre.
De hecho en Reino Unido, que fue uno de los lugares donde despegó dicha revolución, el principal problema de los capitalistas dueños de las fábricas era encontrar mano de obra permanente con la que mantener el negocio en marcha 365 días al año porque la gente, básicamente, iba a la nave, curraba unas cuantas horas, le daban la paga y ya tenía bastante y se largaba a emborracharse y follar y echar la siesta y sólo volvía cuando necesitaba más dinero y no podía conseguirlo de otra forma. Nadie estaba acostumbrado a pasarse la vida currando en la fábrica para aspirar a un salario a fin de mes. Así fue como nacieron los "contratos de trabajo" de "si quieres dinero, tendrás que hacer los horarios que yo te diga y te pagaré mensualmente".
#3 en muchos casos es "aquí no se hace nada si no nos dan presupuesto para que nos lo haga alguien", o el servicio es una cadena de subcontrataciones donde nadie tiene entre sus tareas algo medianamente complejo como una migración.
#4 El coste de la paz es ser capaz de negociar y comerciar hasta el punto que es mas rentable trabajar juntos en un win-win en vez de destruirse mutuamente
#3 La realidad es que muchos jefes, sobre todo en España, no pagan por lo que produces sino por el tiempo que les dedicas. La eficiencia se premia con más trabajo, que es el premio que posiblemente hubiera recibido este señor de no haber ocultado la herramienta que construyó.
#8 No solo no ha subido el porcentaje de gasto, sino que esto se ha oído esta conversación:
- Trump: “Oye Pedro, o subes a un 5% el gasto militar o te echo de la OTAN”
- Pedro “¿un cuánto?”
- Trump: “un 5”.
- Pedro le ha contestado: ”por el culo te la hinco!!. Ánimo Donald !!”
Pedro es un crack. Por eso la cara que ha puesto Trump cuando Sanchez se ha ido
#4 Las normas de entrada a un territorio son arbitrarias. El plazo legal es arbitrario, el pedir un billete de vuelta es arbitrario, el necesitar permiso para determinadas intenciones es arbitrario. Es una de las formas en la que los habitantes de un territorio ejercen el dominio sobre él.
En determinada frontera no me dejaban entrar porque con el cambio horario no tenía claro si mi billete de vuelta era 11 o 12 días a contar desde cuando había llegado (no sabía ni qué dia era). Con tropecientas horas de jet lag me tuve que poner a buscar documentos. Pero es su país, y hay que respetar sus normas cuando eres un invitado.
Me parece lógico que, para determinados supuestos como el turismo, se pida billete de vuelta como una mínima medida de demostrar que no hay intención de quedarse de forma ilícita. Pese a ser una medida francamente pobre.
Gentuza asesina, así se pudran en el infierno ellos y todos los que los apoyan y blanquean
Dato: Windows 95 con programas de varios tipos ocupaba unos 100 mb en el disco duro. Y tenía colorines, podías ver vídeos... no estoy hablando de interfaces superespartanas.
En la Revolución Industrial fue cuando los ricos y los aristócratas, los propietarios de los medios de producción, establecieron horarios que hasta ese momento jamás habían existido porque se hacía la faena necesaria cuando tocaba y punto, no habían "doce horas" ni "de sol a sol" ni pollas en vinagre.
De hecho en Reino Unido, que fue uno de los lugares donde despegó dicha revolución, el principal problema de los capitalistas dueños de las fábricas era encontrar mano de obra permanente con la que mantener el negocio en marcha 365 días al año porque la gente, básicamente, iba a la nave, curraba unas cuantas horas, le daban la paga y ya tenía bastante y se largaba a emborracharse y follar y echar la siesta y sólo volvía cuando necesitaba más dinero y no podía conseguirlo de otra forma. Nadie estaba acostumbrado a pasarse la vida currando en la fábrica para aspirar a un salario a fin de mes. Así fue como nacieron los "contratos de trabajo" de "si quieres dinero, tendrás que hacer los horarios que yo te diga y te pagaré mensualmente".
Historias veredes.
Reparto a los accionistas +10.000
- Trump: “Oye Pedro, o subes a un 5% el gasto militar o te echo de la OTAN”
- Pedro “¿un cuánto?”
- Trump: “un 5”.
- Pedro le ha contestado: ”por el culo te la hinco!!. Ánimo Donald !!”
Pedro es un crack. Por eso la cara que ha puesto Trump cuando Sanchez se ha ido
En determinada frontera no me dejaban entrar porque con el cambio horario no tenía claro si mi billete de vuelta era 11 o 12 días a contar desde cuando había llegado (no sabía ni qué dia era). Con tropecientas horas de jet lag me tuve que poner a buscar documentos. Pero es su país, y hay que respetar sus normas cuando eres un invitado.
Me parece lógico que, para determinados supuestos como el turismo, se pida billete de vuelta como una mínima medida de demostrar que no hay intención de quedarse de forma ilícita. Pese a ser una medida francamente pobre.