#33 Hablando de Carlos Dávila, estaba de tertuliano y comentarista político en RNE el día que Zapatero ganó las elecciones después del 11M. Pués al tiparraco ese sólo se le ocurrió, conforme iban llegando los resultados, llamar a un golpe de estado. Lo peor fué que ni el presentador del programa ni el resto de comentaristas dijo ni pío.
#2 A ver, el premio Planeta funciona, a groso modo, así: la editorial habla con un escritor consagrado y le dice que presente una novela, con seudónimo no sea que se filtre antes; los lectores profesionales de la editorial seleccionan de las novelas presentadas las que consideran las 10 mejores; los miembros del jurado se leen los resúmenes de la editorial y adjudican el finalista; el ganador ya estaba adjudicado.
Con este sistema y el millón de euros se aseguran una amplia repercusión y más de 200.000 ejemplares vendidos. El problema viene cuando no encuentran, no saben o no quieren hablar con un buen escritor, aparte que los escritores consagrados nunca presentan una obra maestra.
¿Qué cojones pinta un argentino de clase media comprando iPhones a 1.000$? Como sigan así, comprando dólares, va a servir de poco el regalo envenenado de USA.
Está intervención parece de guante blanco pero es un golpe de estado muy barato.
De todas formas los argentinos se merecen todo lo que les pase (a nivel político y/o económico).
"Por motivos personales y de go-to-market (no de product-market fit), mi nueva startup necesitaba más tiempo. Volver a Menéame fue también una forma de recuperar mi runway de caja con algo más estable y previsible.
Suelto una batallita de emprendedor, paralela al rescate de Menéame: en Dentalpic —que pronto se llamará Jawplay— alcanzamos el product–market fit muy rápido: los dentistas quieren pagar porque el producto les ahorra tiempo, mejora diagnósticos y proyecta modernidad. El product–market fit es eso: que el mercado profesional valida el producto y está dispuesto a pagar por él."
Con independencia de su veracidad, leer el articulo completo es un suplicio. Se puede decir lo mismo, incluso más enfatizado en una quinta parte de extensión, repetir tantas veces lo mismo y de la misma manera aburre e invita a dejar de leerlo.