“Has de saber […] que no hay plantas buenas para comer que no sean también buenas para curar, siempre y cuando se ingieran en la medida adecuada. Sólo el exceso las convierte en causa de enfermedad. Por ejemplo, la calabaza. Es de naturaleza fría y húmeda y calma la sed, pero cuando está pasada provoca diarrea y debes tomar una mezcla de mostaza y salmuera para astringir tus vísceras. ¿Y las cebollas? Calientes y húmedas, pocas, vigorizan el coito, naturalmente en aquellos que no han provocado nuestros votos. En exceso, te producen pesadez de cabeza y debes contrarrestar sus efectos tomando leche con vinagre. Razón de más – añadió con malicia – para que un joven monje guarde siempre moderación al comerlas. En cambio, puedes comer ajo. Cálido y seco, es bueno contra los venenos. Pero no exageres, expulsa demasiados humores del cerebro. En cambio, las judías producen orina y engordan, ambas cosas muy buenas. Pero provocan malos sueños”. El nombre de la rosa. Umberto Eco"
#25 Una cosa son los trámites administrativos, en los que se puede echar una mano, y otra los académicos. Ahí ya el que se tiene que buscar la vida es el interesado.
#21 y la despedida: "Busca la belleza, es la única protesta que merece la pena en este asqueroso mundo"
Era la tarde completa: "Cuando los elefantes suelan con la música", Discópolis", "Disco grande"...
#2#3 Además de Proust, la magdalena, el té en un tiempo de pausa. Escribir como un viejo, sin prisas y evocando todos tus recuerdos. Es mi forma de verlo.
#7 Huevos y lácteos tienen un buen aporte de proteína y vitaminas (B12), calcio, etc. Añade buena legumbre, fruta y verdura y tienes una excelente alimentación. Pero el torrezno está buenísimo.
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