El caso se remonta a diciembre de 2012, cuando el menor, de 15 meses, sufrió una parada cardiorrespiratoria durante una resonancia magnética bajo sedación en una clínica de radiodiagnóstico de Valladolid. Pese a constar alergias alimentarias (huevo, leche de vaca frutos secos y marisco), se le administró Propofol, un anestésico que contiene lecitina de huevo, sin realizar un estudio preanestésico completo, sin la monitorización ni el registro anestésico adecuados y con retraso en la asistencia urgente.
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Saludos
#2 No solo eso. El caso se remonta a diciembre de 2012, cuando el menor, de 15 meses. Y es ahora que les dan la razón trás multitud de papeleos, juicios y recursos. Para flipar el calvario que han tenido que sufrir los padres para que finalmente se haga algo de justicia.
Que igual deberían ponerse a elevar casos al supremo para que se diriman los responsables políticos de los retrasos, pero está claro que no se van a meter en esos jardines.