Camareros, encargados, vigilantes, limpiadoras, cocineros… Y prostitutas, claro. Todos, sin excepción, se quedaron en la calle cuando, en marzo pasado, los Mossos d’Esquadra precintaron el Club Riviera, de Castelldefels (Barcelona), en medio de una investigación criminal. Ésta era una empresa modelo, dice una ex empleada, que jamás se retrasó un día en el pago de las nóminas. Ojalá otros sitios pudieran decir lo mismo”.