Oiga, Montoro será lo que sea, pero tenía gracia. Ni eso le van a conceder los millones de enemigos que de repente se atreven con él, cuando ya no maneja a la Bestia. Pero la verdad es la verdad. Lo describí como un ser brutal e irracional que se cernía sobre una España desprotegida llevándoselo todo por delante. Hasta él se vanagloriaba de adelantar a socialistas y comunistas por la izquierda. Dudosa gloria, por cierto. Y vaya si lo hizo. Montoro nos clavó unos impuestos confiscatorios, nos amargó la vida