Una antigua y aristocrática ciudad costera romana llamada Bayas (Baia o Baias), famosa por la «vida de perdición» que allí se desarrollaba, terminó siendo víctima de un volcán, y hoy una parte yace sumergida bajo las aguas del mar Tirreno. En aquella época muchos pensaron que era un castigo, hoy sabemos que vivir cerca de un volcán es peligroso. Si además es una ciudad litoral, como es el caso, hay peligro de acabar arrasada por uno o varios tsunamis que ocurren tras la explosión volcánica.