En un experimento con ratones se ha logrado ya interferir con éxito en la línea germinal; es decir, un gen defectuoso se sustituye no en una célula concreta de un ratón determinado y, por tanto, sólo para él, sino en sus células reproductoras, de manera que ese ratón será resistente al cáncer para siempre y, por supuesto, también sus descendientes. La gran mayoría de la comunidad científica considera que esta genética a nivel germinal es extremadamente peligrosa. La replicación clónica de la oveja Dolly necesitó innumerables pruebas...