Aunque te fueses a matar a pedrás habia ciertas normas:
* No valían meñascos
* Si alguno se escalabraba, se gritaba ¡ Para, para !. Se daba un alto el fuego momentáneo mientras que se retiraba al herido y a continuación ¡Ya, Ya! y a pedrás otra vez.
* Al susodicho, si no era grave, a la fuente, pañuelo y palante. Si no, se le llevaba enfrente a su puerta, se tocaba el timbre y cuando aparecía su madre se le entregaba diciendo " Sa caío" y media vuelta deprisita a la drea antes de que se acabase.
#39 Con un bote de laca de lanzallamas y unas cerillas robás. Para salir ardiendo o reventao. Pero ya tenía algo de cabeza y los indencios tochos los hacia en la terraza escondio
#25 Éramos de otra madera. Acostumbrados a tener las rodillas en carne viva con mercromina y bien curtidos en cuarenta batallitas. Las dreas y los descalabros estaban al orden del día.
Recuerdo hace unos 25 años en extranjería tenían a los que estaban esperando en una sala sentaditos. Al verme uno de pie me dijo acononaillo que me sentara que si no salía la señora y regañaba por estar de pie.
Hice de unos cuantos comentarios en voz alta para que me escuchase bien sobre educación y funcionarios públicos. Cuando entre a su despacho no dijo ni mú.
#17 No iba por ahí mi comentario. Más bien por que hay que pensar en repartir y no concentrar, lo que biene siendo dar oportunidades a zonas menos petadas a las que les vendría de lujo.