Lo he leído de principio a fin. En España y en otros países es difícil tener una conversación abierta en la que se razonen argumentos contra el Islam, porque es un tema politizado, subvencionado, regulado.
Tenemos leyes que protegen sentimientos religiosos, celebradas por algunos miembros de la derecha cristiana. Parece que no se dan cuenta de que, cuando la demografía cambie, esas mismas leyes se van a volver en su contra.
Me encantaría que tu amiga pudiera volver a ser ella misma, pero tenemos leyes y políticas que incentivan justo lo contrario, además de enfangar y hacer imposible, en la práctica, la apertura de un debate sobre el papel del Islam en la sociedad española - si es que lo tiene, hasta dónde, de qué manera, etc...
Los moderados abren la puerta y los extremistas la cruzan. Sin más.