[c&p] Los chiíes celebraban la muerte de Sadam Husein. Los suníes observaban con resentimiento. Estalló la violencia. Pero los cristales que saltan por los aires no son los de los comercios de Bagdad, sino los del barrio chií de Dearborn, en Michigan. Por eso la violencia que ha dejado de ser noticia en Irak ocupaba este domingo la portada del 'The New York Times'.
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