Hasta ahora era un auténtico calvario. Cuando un sacerdote quería colgar la sotana y casarse, tenía que iniciar un procedimiento largo y, a veces, doloroso y lleno de trabas. Benedicto XVI quiere que las secularizaciones o reducciones al estado laical de los curas sean más ágiles y menos farragosas. Incluso se podrán arbitrar automáticamente, cuando el presbítero haya abandonado su ministerio por un período de cinco años o cuando sea culpable de conductas escandalosas.
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