Lo que está ocurriendo ahora en Estados Unidos tiene muy poco que ver con hacer que el gobierno sea más “eficiente”, erradicar la “incompetencia” o “despolitizar” partes del gobierno que deberían ser no partidistas. Tampoco está motivado principalmente por el deseo de Trump de deshacerse de la “DEI” y la “concienciación”, o de “utilizar como arma” la aplicación de la ley, o de establecer el nacionalismo cristiano blanco, o de vengarse de sus enemigos.
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