Hace 7 años | Por candonga1 a eldiario.es
Publicado hace 7 años por candonga1 a eldiario.es

A sus 39 años y con dos hijas a su cargo, Sonia tiene que hacer malabares todos los meses para alcanzar a pagar los recibos que puntualmente y sin excepción acuden a su cuenta bancaria. Como cuidadora de una persona mayor, su sueldo apenas alcanza los 400 euros mensuales por cuatro horas diarias de lunes a viernes. Junto a su pareja, actualmente desempleada, el de Sonia es uno más de los hogares formados por dos adultos y dos niños que viven con ingresos inferiores a 16.823 euros anuales, por debajo del denominado umbral de riesgo de pobreza.

Comentarios

D

Voy a buscar algo de Venezuela, es que esto me pilla cerca y no me interesa, soy del PP y quiero que C'S y POSE hagan el gobierno del cambio.

Gracias por la entrada, pero prefiero hablar de lo malos que son los politicos Venezolanos.

D

Tres ejemplos, sólo tres.
Estoy segura de que todos y cada uno de nosotros podríamos aportar otros tres, y escrito aquí hacer un buen retrato de cómo se vive en España, sí, sí, es la realidad española, no tenemos que cruzar ningún charco.
Bueno, cruzarlo no pero rebozados en uno de barro ya se han encargado nuestros magnificos politicos de tenernos.

difusion

#2 Tres ejemplos de cómo se vive en Españistán:

1.- Corrupción moral y resignación.
2.- Miseria y ley del embudo.
3.- Delincuencia institucional y redes clientelares.

omegapoint

#2 te doy el mío. Hace 15 años vivíamos mis padres , mi hermano y yo en un piso de 180m con piscina en Madrid y se nos consideraba clase media alta trabajando solo mi padre en el negocio familiar, no nos faltaba de nada.

A día de hoy mi padre esta emigrado porque en España a su edad no te contrata nadie, aun con 35 años de experiencia, mi madre no tiene trabajo y malvive con los 400 y pico euros que da el estado y porque esta enferma (si no ni eso). Mi hermano tiene un curro temporal de 600 euros por 7 días a la semana y tuvo que irse de Madrid.

Durante 6 años, fuí el único miembro de la familia con trabajo.
Así que la crisis ha destruido familias, futuros y personas. Y aún parece que hay que dar las gracias.