Sostiene Haruki Murakami que la diferencia que hay entre escribir una novela y un relato es que lo primero “es como plantar un bosque” mientras que lo segundo “se parece más a plantar un jardín”. Así lo manifiesta en el prólogo de la colección de cuentos Sauce ciego, mujer dormida (2008, Tusquets), en cuya primera frase se establecen sin rodeos las bases de la distinción: “Por decirlo de la forma más sencilla posible, para mí escribir novelas es un reto; escribir cuentos, un placer”.
Comentarios
Soy un lector empedernido.
Empecé la novela de Murakami con absoluta pasión. Al principio me dejé absorber por la languidez de la trama, por la elegante distancia de su prosa. Para cuando llegué a la página 100, ya estaba tomando notas de lo pésima que me parecía la novela. No solo hay un narrador, al principio, que está en un aeropuerto y que no vuelve a aparecer (¿por qué cuenta la historia desde ahí si su arco nunca se cierra?), no solo el narrador describe absolutamente todas las comidas y ropas de la historia sin que sea relevante (¿A mí que me importa que comieran guisantes con jamón en la escena 45 y que Yukio vistiera un jersey de punto, y qué cojones de relevancia tiene para la trama?). También se acuerda de las canciones que sonaban casualmente por la radio hace 30 años un día a la hora de la siesta, y siempre cita el título y el grupo.
Pero además de estas descripciones que parecen salidas de una cuenta de instagram (ropa, comida, música), la historia es aburridísima. Básicamente es un tío que se aburre existencialmente mientras no para de follar, de beber y de escuchar jazz. Y santo Dios, describe los polvos que hecha como si estuviera practicando autopsias ("Introduje mi pene en su húmeda vagina. Ella gimió hasta que yo eyaculé"). Los personajes son todos antipáticos y espesos. Todo el rato soltando frases grandilocuentes en el tiempo: "Es el día más feliz de mi vida", "Sabíamos que eso nunca se repetiría", "Nunca volvería a sentirme así", "Algo se rompió en mí para siempre".
Y nunca pasa nada. Y soy incapaz de determinar qué puñetera estructura tiene el libro.
No sé si será mi sensibilidad occidental, pero horripilante es poco. Bueno, qué leches, si me encanta Mishima.
No me acerco a otro libro de Murakami salvo que se me haya acabado el valium.
#1 A mi tampoco me gustó pero, como no tomo notas, gilipollas de mi me tragué otros dos, y otros dos petardos infumables. Creo que, como bien apuntas, las diferencias east-west tienen mucho que ver.
P.S. Tokio Blues es el título de la versión española, el título original es Norwegian Woods, sí, la canción de los Beatles.
#1 Yo empecé a leer a Murakami con Al sur de la frontera, al oeste del sol y la verdad es que me gustó, por lo que más tarde me leí After Dark y también me gustó como trata tangencialmente en una historia temas como la corrupción, la trata de blancas, la prostitución, el desempleo o la depresión, a partir de esos dos ninguno me ha gustado. Solo me falta por leerme las dos partes de 1Q84, pero lo llevo procrastinando varios años por miedo a que no me guste
#1 "describe los polvos que hecha"
Me cago en la hostia puta, eso me pasa por escribir desde el móvil y cagando leches.
Pido perdón a los dioses de la ortografía, sean clementes.
#4 Vale, por ser tu no lo tendremos en cuenta por esta vez, pero a la próxima... ondonadas de ostias
#7
Me he equivocado, no volverá a pasar...
#8
Y el muy cabrón pone hasta un elefante...
#1 Yo me lei Kafka en la orilla y, aunque no me aburrió, sí que me pareció un libro soso sobre historias irrelevantes, malamente entrelazadas entre sí.
#1 A mi me paso exactamente igual que a ti. En cambio, disfruté como una enana de las tres partes de 1Q84. Si no le tienes mucha tirria, podrías probar, a ver si te engancha.
En mi opinión, con esta novela ha intentado occidentalizarse un poco, tanto que el origen asiático de los personajes, no importa para la trama.
Conozco gente que le encanta, que disfruta tremendamente cualquier obra de Murakami... pero a su vez les pone nerviosos la forma que tiene de no cerrar historias, de no concretar ningún paso de los hechos que ocurren en la trama. Es un escritor bastante raro, hay que reconocerlo.
Por mi parte, "El fin del mundo y el despiadado país de las maravillas" fue mi primer y único Murakami. Con su especial forma de crear mundos exrtaños y hechos fantásticos, pero a su vez deja toda la historia por hacer; o lo que termina te deja con mal cuerpo.
Como ver Perdidos, pero sin final de ningún tipo.
A mí Tokio Blues no me gustó nada, pero 1Q84 me encantó. Tengo pendiente volver a Murakami, pero ya no se muy bien cual de sus obras coger, parece que tienen estilos y fondos muy diferentes.