Los tiroteos y los asesinatos en las áreas más pobres de Chicago y Baltimore se han desplomado entre un 41 y un 73 por ciento gracias a un programa que trata la violencia como si fuera una enfermedad infecciosa. El programa, llamado CeaseFire (Alto el fuego), se basa en el cambio simultáneo de las actitudes y los comportamientos, y funciona en cualquier sitio. La clave es cambiar las normas sociales para que la violencia deje de ser vista como algo "cool", como la forma automática de resolver una disputa.
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