Un neumático en mal estado se convierte en uno de los mayores peligros para la circulación, especialmente con suelo resbaladizo. Es por eso que la DGT promueve una campaña intensiva que llevará a cabo la Guardia Civil de Tráfico para controlar el estado de los neumáticos. Si la profundidad es inferior a 1,6 milímetros, que es el mínimo legal, se incurre en una infracción de tráfico. La sanción en ese caso es de 150 euros por cada rueda en mal estado, aunque la multa no podrá ser superior a los 300 euros.
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