Diego Gil observa con frialdad un mapa cargado de chinchetas de colores. Detrás de cada uno de esos puntos hay una historias de gente que no pudo pagar la hipoteca o el alquiler. Padre de familia de 41 años, pantalón vaquero, camisa a cuadros, puede imaginarse cada una de esas historias. Desde hace 20 años es el cerrajero que acompaña a la comisión judicial encargada de desahuciar en Madrid a las familias que no pueden hacer frente a las letras de sus viviendas.
Comentarios
Este es como el verdugo, que sabe a ciencia cierta y sin ninguna duda, que corta las cabezas a inocentes.
Siempre excusándose en que no son quienes hacen las leyes, que la culpa es de quienes las hacen y ellos solo las cumplen. Igualito a los policías.
Si tuviéseis medio gramo de alma y sentido común sabríais que si no apoyáis a quienes hacen las leyes y los dejáis solos, igual hasta hacemos poco a poco un mundo más justo.
Con las cifras que da la noticia este hombre se debe levantar casi 500.000 euros al año.
#6 Te lo voy a decir de la manera más pulcra que puedo: no has visto un antidisturbios en tu puta vida más que por televisión.
La cosa funciona de la siguiente manera: tu estás manifestándote. Los antidisturbios cargan. Tu no optas a nada, básicamente porque no te da tiempo. Si eres veloz y estas lejos de los policías violentos solo corres, sino, corres y pillas. Donde pillar significa hematomas, mutilaciones y en algún caso la muerte.
#7 sigo viendo mayor crueldad en un deshaucio que en una carga policial
Se me caerían los huevos al suelo si tuviera que hacer ese trabajo.
#4 para antidisturbios tampoco servirías
#5 dentro de la fatalidad, el "disturbio" puede optar por irse o por recibir. El deshauciable no tiene opción.