La cuestión moral es ¿cuánto más vale el trabajo de un ser humano, comparado con el de otro ser humano? ¿diez veces? ¿cien veces? ¿mil veces? Creo que una de las enseñanzas de esta crisis es que la reforma laboral que se necesita es, precisamente, ésta, fijar un salario máximo real, sin enmascararlo con otras figuras, bonus o participaciones, que lo distraen del fisco.
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