Hace 14 años | Por telemako a microsiervos.com
Publicado hace 14 años por telemako a microsiervos.com

Cuando adquirimos un libro en papel en una librería de las de toda la vida, ese libro pasa a ser de nuestra propiedad y podemos prestarlo a quien nos parezca, regalarlo o venderlo si así nos place. En este caso no estamos comprando el libro en sí, sino una licencia para usarlo, licencia que puede ser revocada unilateralmente por el vendedor

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A cada rueda de prensa que voy y cada noticia que leo sobre los readers de ebooks oigo la misma frase "los lectores de libros electrónicos van a ser los regalos estrella de las próximas navidades". No paran de repetirlo, y el resto de mundo de corearlo como loros porque hay mucho dinero en juego, tanto para perder como para ganar gracias a los ebooks. La única que he visto fortarse las manos despreocupadamente es Telefónica, que le da igual que los contenidos sean piratas o que sean legales, siempre que el dispositivo tenga conexión a Internet para que los usuarios descarguen y descarguen porque, señores, puede que descarguemos cosas gratis, pero el ADSL lo pagamos y bien pagado.

Personalmente, me encantaría tener un lector de ebooks por lo cómodo y estupendo que es para leer, pero mientras los modelos "normales" no bajen de 300 euros, así me vendan el producto estrella que prefiero gastarme el dinero en calcetines. Cuando el precio baje, lo que tengl claro es que me compraré uno sin conexión a Internet, porque no pienso pagar un duro hara que no se pongan las pilas y los editores empiecen a tomar conciencia de que la era digital está aquí desde hace años. Que dejen de decir que si tal cosa es un peligro o que si hay que crear el modelo de negocio y lo hagan de una vez. Que ofrezcan contenidos (no con un 20% de descuento como quieren hacer algunos, a pesar de que los gastos de distribución, manipulado, almacenaje, impresión y demás ya no existen en el libro digital) asequibles, que ofrezcan servicios y, sobre todo, que no intenten pillarme siguiendo el ejemplo de Amazon, borrándome de mi lector todo lo que no haya comprado en su tienda.

¿Por qué se presupone que lo que no es comprado es pirata? ¿No puedo tener un documento propio en mi lector para repasarlo? ¿La obra de teatro que tengo que preparar? ¿La carta que le quiero mostrar a mi padre?

Y, sobre todo, que solucionen el tema de los préstamos porque, les guste o no, hay gente que no se va a comprar JAMÁS un determinado tipo de libro, pero lo puede leer tanto en la bilioteca o porque se lo preste un amigo, ¿es tan grave eso?

Por supuesto, para Google la solución es la nube de las narices. Al final nadie es propietario de nada (una especie de "comunismo" raro dentro del "capitalismo"), sólo se compran los accesos a los contenidos, porque si alguien pensaba que Google estaba digitalizando millones de libros para ponerlos gratis en Internet estaba, precisamente, en la nube. Se van a cobrar, al menos una buena parte, y Google va a vender el acceso. En ningún caso nadie podrá descargarse nada a su ordenador.

Al final, Telefónica es la que sigue frotándose las manos porque, te descargues los que te descargues, la conexión a Internet siempre la pagas.