Circulaban plácidamente por una localidad rusa. Mientras se encontraban detenidos en un atasco, un grupo de más de media docena de hombres encapuchados y armados hasta los dientes toman al asalto el vehículo, incluso les introducen gases en el habitáculo, y les sacan detenidos a la fuerza. Pasados unos minutos de confusión el equipo de asalto de la policía rusa se da cuenta que se ha equivocado de coche, y libera a sus asustados ocupantes. Al final sí cogen al verdadero Cayenne, conducido por los ladrones de un banco.
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