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#3:
A Juanjo Álvarez no le gusta que lo llamen padre coraje. Es una etiqueta que arrastra desde el 1992, desde que su hijo Pedro murió de un disparo en la cabeza. Un agente de la Policía Nacional ha sido el único sospechoso. Pero el caso nunca ha llegado a juicio. Y Juanjo hace 24 años que lucha, incansable, para que se haga justicia. Lo hace acompañado de la Plataforma Pedro Álvarez, que convoca cada 15 de diciembre una manifestación. Y con acciones solitárias, como por ejemplo la huelga de hambre que lo tuvo durante 16 días en la puerta de los antiguos juzgados del Hospitalet, sobreviviendo con el zumo de las latas de olivas. “No soy un padre coraje. Hago el que tengo que hacer. Hay un asesino armado que corre por la calle y por dignidad tenemos que reclamar que se haga justicia”, explica, ataviado con una camiseta con la cara de su hijo.
La pesadilla empezó el 15 de diciembre del 1992. Pedro, un joven de 20 años que estudiaba automoción y que trabajaba como reponedor en Carrefour, acompañaba su novia, Verónica, a casa. “Siempre cenábamos en familia a las nueve de la noche. Pedro pidió permiso para volver más tarde porque estaba celebrando el cuarto aniversario con su pareja”. En la avenida Cataluña de Hospitalet un coche estuvo a punto de atropellar la chica y empezó una discusión con el conductor. ”El hombre, que iba acompañado de una mujer de unos 35 años, bajó del coche, un Opel Vectra blanco, y abofeteó a Verónica. Pedro intervino para defenderla y el hombre sacó una pistola y le clavó tres disparos, fríamente y a bocajarro”, explica su padre.
La policía se presentó de madrugada en el piso de la Verneda donde vivía la familia para alertarlos que tenían un familiar ingresado a Bellvitge. “Ni nos acompañaron. Me pusieron una multa por exceso de velocidad en la plaza Cerdà y dejé mi mujer y mis dos hijas en el hospital mientras aparcaba”. Cuando Juanjo llegó al hospital se encontró que unos policías de paisano las interrogaban, “preguntando si Pedro estaba metido en drogas”. A las cinco de la mañana los médicos les comunicaron que el chico había muerto de un disparo a la cabeza.
El día siguiente fueron a la comisaría de la Policía Nacional de Hospitalet a pedir explicaciones, “y nos decían que no nos podían decir nada. Detuvieron a un policía”, añade. Una detención que fue pronto conocida por la prensa, que se abocó en un caso que apuntaba a un agente de la Policía Nacional como autor. Pero el hombre quedó en libertad al cabo de una semana, sin cargos por falta de pruebas concluyentes, a pesar de que fue reconocido por la pareja de Pedro. “Su coartada era ridícula. Decía que estaba en casa con la mujer cuando estaba divorciado”. El abogado de la familia “se inhibió, ni siquiera nos comunicó que se había levantado el secreto de sumario”, según el Juanjo, “y nos cayó el mundo encima”.
Empezó entonces la lucha en la calle. Una cuadragésima de entidades se agruparon para crear la Asociación Contra los Abusos de Poder (ACAP), que ha denunciado otros casos. La indignación popular desembocó en una manifestación que reunió 5.000 personas el 1995 en la plaza Universidad. No fue la única acción visible. tuvo que otros, como por ejemplo el cierre durante un fin de semana en la iglesia de Sant Martí de Provençals y la quema simbólica de pistolas. El juzgado reabrió la investigación, después de que la plataforma recogiera 5.000 firmas, pero la volvió a cerrar por falta de pruebas concluyentes.
Lucha en la calle
Juanjo continuó, además, la lucha en solitario. Su mujer, Carmen Peso, lo acompaña a las manifestaciones pero se ha mantenido más apartada de la calle. El padre ha perseguido incansablemente todo tipo de políticos en la reclamación de justicia. Abordó Pasqual Maragall cuando era alcalde, interpeló el presidente Jordi Pujol, que le contestó que no era competencia de la Generalitat ni del Parlamento. ERC presentó una pregunta en el Congreso de los Diputados que se desestimó por defecto de forma. “Las administraciones nunca han hecho nada, y creemos que es porque el asesino es un agente de élite, destinado a la protección de personalidades”, asegura Juanjo. Policía y padre se conocen, hasta el punto que el primero ha puesto varias denuncias contra el segundo por acoso, entre otras acusaciones.
Este año, cuando faltan sólo cuatro para que el crimen prescriba, la familia ha recibido pequeñas muestras de apoyo de las administraciones. “Quizás porque gente que ha luchado en la calle ha llegado a los ayuntamientos”, dice el Juanjo. El pleno de Barcelona aprobó en noviembre una declaración institucional que muestra el apoyo a la familia y su enojo “ante un hecho tan grave como un asesinato con arma de fuego”, e insta las autoridades a aclarar el caso. Los regidores Gerardo Pisarello y Jaume Asens han recibido la familia. El pleno de Hospitalet aprobó una moción similar el mes pasado, igual que lo hizo en 1999, “a pesar de que no se hizo nada”, según Álvarez. Grupos como por ejemplo ERC, ICV-EUiA-Piratas y la CUP han apoyado. “Es vergonzoso que 24 años después del asesinato no se haya hecho justicia”, afirma el portavoz de ERC en Hospitalet, Antoni Garcia. “Esta impunidad es intolerable, no lo podemos consentir”, considera Ana González, portavoz de ICV-EUiA-Piratas. Para todos ellos, el caso de Pedro Álvarez continúa abierto.
La manifestación, la cita anual
El 15 de diciembre, la Plataforma Pedro Álvarez volverá a convocar una manifestación, a las ocho del anochecer a la plaza Universidad. Más o menos concurrida, la cita anual ha sido fiel, y este año servirá para cerrar un calendario de actas que empezó en septiembre con una exposición itinerante, proyecciones de vídeo y charlas sobre el caso. Cuál es el secreto de una campaña que no ha desfallecido en casi un cuarto de siglo? “La gente se ha abocado por la credibilidad que damos. No hemos querido abrir ninguna cuenta corriente para evitar malas interpretaciones y no hemos permitido que se politice la campaña, a pesar de que partidos y sindicatos, como por ejemplo ERC y la CGT, hayan colaborado pagando camisetas o sudaderas. Pero han sido aportaciones desinteresadas, no hemos permitido nunca que nadie haga bandera”, dice el Juanjo.
La pesadilla empezó el 15 de diciembre del 1992. Pedro, un joven de 20 años que estudiaba automoción y que trabajaba como reponedor en Carrefour, acompañaba su novia, Verónica, a casa. “Siempre cenábamos en familia a las nueve de la noche. Pedro pidió permiso para volver más tarde porque estaba celebrando el cuarto aniversario con su pareja”. En la avenida Cataluña de Hospitalet un coche estuvo a punto de atropellar la chica y empezó una discusión con el conductor. ”El hombre, que iba acompañado de una mujer de unos 35 años, bajó del coche, un Opel Vectra blanco, y abofeteó a Verónica. Pedro intervino para defenderla y el hombre sacó una pistola y le clavó tres disparos, fríamente y a bocajarro”, explica su padre.
La policía se presentó de madrugada en el piso de la Verneda donde vivía la familia para alertarlos que tenían un familiar ingresado a Bellvitge. “Ni nos acompañaron. Me pusieron una multa por exceso de velocidad en la plaza Cerdà y dejé mi mujer y mis dos hijas en el hospital mientras aparcaba”. Cuando Juanjo llegó al hospital se encontró que unos policías de paisano las interrogaban, “preguntando si Pedro estaba metido en drogas”. A las cinco de la mañana los médicos les comunicaron que el chico había muerto de un disparo a la cabeza.
El día siguiente fueron a la comisaría de la Policía Nacional de Hospitalet a pedir explicaciones, “y nos decían que no nos podían decir nada. Detuvieron a un policía”, añade. Una detención que fue pronto conocida por la prensa, que se abocó en un caso que apuntaba a un agente de la Policía Nacional como autor. Pero el hombre quedó en libertad al cabo de una semana, sin cargos por falta de pruebas concluyentes, a pesar de que fue reconocido por la pareja de Pedro. “Su coartada era ridícula. Decía que estaba en casa con la mujer cuando estaba divorciado”. El abogado de la familia “se inhibió, ni siquiera nos comunicó que se había levantado el secreto de sumario”, según el Juanjo, “y nos cayó el mundo encima”.
Empezó entonces la lucha en la calle. Una cuadragésima de entidades se agruparon para crear la Asociación Contra los Abusos de Poder (ACAP), que ha denunciado otros casos. La indignación popular desembocó en una manifestación que reunió 5.000 personas el 1995 en la plaza Universidad. No fue la única acción visible. tuvo que otros, como por ejemplo el cierre durante un fin de semana en la iglesia de Sant Martí de Provençals y la quema simbólica de pistolas. El juzgado reabrió la investigación, después de que la plataforma recogiera 5.000 firmas, pero la volvió a cerrar por falta de pruebas concluyentes.
Lucha en la calle
Juanjo continuó, además, la lucha en solitario. Su mujer, Carmen Peso, lo acompaña a las manifestaciones pero se ha mantenido más apartada de la calle. El padre ha perseguido incansablemente todo tipo de políticos en la reclamación de justicia. Abordó Pasqual Maragall cuando era alcalde, interpeló el presidente Jordi Pujol, que le contestó que no era competencia de la Generalitat ni del Parlamento. ERC presentó una pregunta en el Congreso de los Diputados que se desestimó por defecto de forma. “Las administraciones nunca han hecho nada, y creemos que es porque el asesino es un agente de élite, destinado a la protección de personalidades”, asegura Juanjo. Policía y padre se conocen, hasta el punto que el primero ha puesto varias denuncias contra el segundo por acoso, entre otras acusaciones.
Este año, cuando faltan sólo cuatro para que el crimen prescriba, la familia ha recibido pequeñas muestras de apoyo de las administraciones. “Quizás porque gente que ha luchado en la calle ha llegado a los ayuntamientos”, dice el Juanjo. El pleno de Barcelona aprobó en noviembre una declaración institucional que muestra el apoyo a la familia y su enojo “ante un hecho tan grave como un asesinato con arma de fuego”, e insta las autoridades a aclarar el caso. Los regidores Gerardo Pisarello y Jaume Asens han recibido la familia. El pleno de Hospitalet aprobó una moción similar el mes pasado, igual que lo hizo en 1999, “a pesar de que no se hizo nada”, según Álvarez. Grupos como por ejemplo ERC, ICV-EUiA-Piratas y la CUP han apoyado. “Es vergonzoso que 24 años después del asesinato no se haya hecho justicia”, afirma el portavoz de ERC en Hospitalet, Antoni Garcia. “Esta impunidad es intolerable, no lo podemos consentir”, considera Ana González, portavoz de ICV-EUiA-Piratas. Para todos ellos, el caso de Pedro Álvarez continúa abierto.
La manifestación, la cita anual
El 15 de diciembre, la Plataforma Pedro Álvarez volverá a convocar una manifestación, a las ocho del anochecer a la plaza Universidad. Más o menos concurrida, la cita anual ha sido fiel, y este año servirá para cerrar un calendario de actas que empezó en septiembre con una exposición itinerante, proyecciones de vídeo y charlas sobre el caso. Cuál es el secreto de una campaña que no ha desfallecido en casi un cuarto de siglo? “La gente se ha abocado por la credibilidad que damos. No hemos querido abrir ninguna cuenta corriente para evitar malas interpretaciones y no hemos permitido que se politice la campaña, a pesar de que partidos y sindicatos, como por ejemplo ERC y la CGT, hayan colaborado pagando camisetas o sudaderas. Pero han sido aportaciones desinteresadas, no hemos permitido nunca que nadie haga bandera”, dice el Juanjo.
#5:
"Pedro asesinado por un Policia" ... una pintada que llevo viendo desde que soy un puto crío por toda Barcelona. Mi respeto más absoluto por este señor, que no se ha querido callar en un montón de años.
editado:
meneo, por supuesto. Que se sepa.
Comentarios
A Juanjo Álvarez no le gusta que lo llamen padre coraje. Es una etiqueta que arrastra desde el 1992, desde que su hijo Pedro murió de un disparo en la cabeza. Un agente de la Policía Nacional ha sido el único sospechoso. Pero el caso nunca ha llegado a juicio. Y Juanjo hace 24 años que lucha, incansable, para que se haga justicia. Lo hace acompañado de la Plataforma Pedro Álvarez, que convoca cada 15 de diciembre una manifestación. Y con acciones solitárias, como por ejemplo la huelga de hambre que lo tuvo durante 16 días en la puerta de los antiguos juzgados del Hospitalet, sobreviviendo con el zumo de las latas de olivas. “No soy un padre coraje. Hago el que tengo que hacer. Hay un asesino armado que corre por la calle y por dignidad tenemos que reclamar que se haga justicia”, explica, ataviado con una camiseta con la cara de su hijo.
La pesadilla empezó el 15 de diciembre del 1992. Pedro, un joven de 20 años que estudiaba automoción y que trabajaba como reponedor en Carrefour, acompañaba su novia, Verónica, a casa. “Siempre cenábamos en familia a las nueve de la noche. Pedro pidió permiso para volver más tarde porque estaba celebrando el cuarto aniversario con su pareja”. En la avenida Cataluña de Hospitalet un coche estuvo a punto de atropellar la chica y empezó una discusión con el conductor. ”El hombre, que iba acompañado de una mujer de unos 35 años, bajó del coche, un Opel Vectra blanco, y abofeteó a Verónica. Pedro intervino para defenderla y el hombre sacó una pistola y le clavó tres disparos, fríamente y a bocajarro”, explica su padre.
La policía se presentó de madrugada en el piso de la Verneda donde vivía la familia para alertarlos que tenían un familiar ingresado a Bellvitge. “Ni nos acompañaron. Me pusieron una multa por exceso de velocidad en la plaza Cerdà y dejé mi mujer y mis dos hijas en el hospital mientras aparcaba”. Cuando Juanjo llegó al hospital se encontró que unos policías de paisano las interrogaban, “preguntando si Pedro estaba metido en drogas”. A las cinco de la mañana los médicos les comunicaron que el chico había muerto de un disparo a la cabeza.
El día siguiente fueron a la comisaría de la Policía Nacional de Hospitalet a pedir explicaciones, “y nos decían que no nos podían decir nada. Detuvieron a un policía”, añade. Una detención que fue pronto conocida por la prensa, que se abocó en un caso que apuntaba a un agente de la Policía Nacional como autor. Pero el hombre quedó en libertad al cabo de una semana, sin cargos por falta de pruebas concluyentes, a pesar de que fue reconocido por la pareja de Pedro. “Su coartada era ridícula. Decía que estaba en casa con la mujer cuando estaba divorciado”. El abogado de la familia “se inhibió, ni siquiera nos comunicó que se había levantado el secreto de sumario”, según el Juanjo, “y nos cayó el mundo encima”.
Empezó entonces la lucha en la calle. Una cuadragésima de entidades se agruparon para crear la Asociación Contra los Abusos de Poder (ACAP), que ha denunciado otros casos. La indignación popular desembocó en una manifestación que reunió 5.000 personas el 1995 en la plaza Universidad. No fue la única acción visible. tuvo que otros, como por ejemplo el cierre durante un fin de semana en la iglesia de Sant Martí de Provençals y la quema simbólica de pistolas. El juzgado reabrió la investigación, después de que la plataforma recogiera 5.000 firmas, pero la volvió a cerrar por falta de pruebas concluyentes.
Lucha en la calle
Juanjo continuó, además, la lucha en solitario. Su mujer, Carmen Peso, lo acompaña a las manifestaciones pero se ha mantenido más apartada de la calle. El padre ha perseguido incansablemente todo tipo de políticos en la reclamación de justicia. Abordó Pasqual Maragall cuando era alcalde, interpeló el presidente Jordi Pujol, que le contestó que no era competencia de la Generalitat ni del Parlamento. ERC presentó una pregunta en el Congreso de los Diputados que se desestimó por defecto de forma. “Las administraciones nunca han hecho nada, y creemos que es porque el asesino es un agente de élite, destinado a la protección de personalidades”, asegura Juanjo. Policía y padre se conocen, hasta el punto que el primero ha puesto varias denuncias contra el segundo por acoso, entre otras acusaciones.
Este año, cuando faltan sólo cuatro para que el crimen prescriba, la familia ha recibido pequeñas muestras de apoyo de las administraciones. “Quizás porque gente que ha luchado en la calle ha llegado a los ayuntamientos”, dice el Juanjo. El pleno de Barcelona aprobó en noviembre una declaración institucional que muestra el apoyo a la familia y su enojo “ante un hecho tan grave como un asesinato con arma de fuego”, e insta las autoridades a aclarar el caso. Los regidores Gerardo Pisarello y Jaume Asens han recibido la familia. El pleno de Hospitalet aprobó una moción similar el mes pasado, igual que lo hizo en 1999, “a pesar de que no se hizo nada”, según Álvarez. Grupos como por ejemplo ERC, ICV-EUiA-Piratas y la CUP han apoyado. “Es vergonzoso que 24 años después del asesinato no se haya hecho justicia”, afirma el portavoz de ERC en Hospitalet, Antoni Garcia. “Esta impunidad es intolerable, no lo podemos consentir”, considera Ana González, portavoz de ICV-EUiA-Piratas. Para todos ellos, el caso de Pedro Álvarez continúa abierto.
La manifestación, la cita anual
El 15 de diciembre, la Plataforma Pedro Álvarez volverá a convocar una manifestación, a las ocho del anochecer a la plaza Universidad. Más o menos concurrida, la cita anual ha sido fiel, y este año servirá para cerrar un calendario de actas que empezó en septiembre con una exposición itinerante, proyecciones de vídeo y charlas sobre el caso. Cuál es el secreto de una campaña que no ha desfallecido en casi un cuarto de siglo? “La gente se ha abocado por la credibilidad que damos. No hemos querido abrir ninguna cuenta corriente para evitar malas interpretaciones y no hemos permitido que se politice la campaña, a pesar de que partidos y sindicatos, como por ejemplo ERC y la CGT, hayan colaborado pagando camisetas o sudaderas. Pero han sido aportaciones desinteresadas, no hemos permitido nunca que nadie haga bandera”, dice el Juanjo.
#1, #2, #3, #4, #5,.... Cuanta memoria tienen los izquierdoflautas para recordar aquel hecho tan grave sucedido en el 92 y qué poca memoria para recordar los miles de muertos cada año en accidentes de tráfico por culpa de las drogas.
¡Legalización de las drogas SÍ SÍ SÍ. Policías cabrones y fachas!
#10 buen slogan, próximo hit de alsasua
#10 Negativo por chupar puesto en los comentarios. No por el comentario despectivo a los flautistas zurdos.
"Pedro asesinado por un Policia" ... una pintada que llevo viendo desde que soy un puto crío por toda Barcelona. Mi respeto más absoluto por este señor, que no se ha querido callar en un montón de años.
Alguién de la secreta, de la lucha antiterrorista etc.. que perdió los nervios. Recordemos que en el 92 las operaciones antiindepentistas ( torturas etc..), habia mucho personal de este por BCN por aquel entonces ( ahora han vuelto) .
El estado proteje a quienes hacen la faena sucia
#6 Antiinpendentistas? En el 92 y desde que Barcelona se llevó la candidatura fueron a cuchillo contra los anarquistas y movimientos altermundistas, llegando a ir a por cualquier punki o perroflauta sospechoso y la ciudad se convirtió en lo que se llamó Carcelona. Pero independentistas? Cuatro gatos en la Barcelona de entonces y mucho soberanista. Que de peligrosidad sociopolítica y para la imagen de la ciudad representaban cero.
#8 ¿los independentistas torturados que llevaron ante Garzón no existen?
#8 más de 40 detenidos, la gran mayoria llevados a la AN , muchos torturados como acreditó la justicia europea.
Cuantos anarquistas pasaron por la AN?
#8
#0 ¿hospitales de Llobregat?
¿Sospechoso o asesino?
Qué ganas de mezclar un asesinato por cuestiones de tengo más cojones que tú y además una pistola y suficiente protección por el carnet que llevo con temas políticos de actualidad.
Yo vivía en el barrio donde ocurrió y nunca, nunca se le dió tinte político. Ahora vivo a 40 kms de allí y una de las primeras cosas que vi en mi calle, cuando me mudé, fue una pegatina desgarrada sobre el caso. Y las sigo viendo de vez en cuando.
Es el dolor de unos padres por querer saber la verdad.
A mí se me hubiera ido la cabeza y me hubiera cargado al hdp. Hoy en día ya estaría en la calle y con el deber hecho en lugar de pensar toda la vida que no hice nada.
#7 para eso también hay que tener estomago. Hay gente que no podria nunca, no los culpes
Ya veréis como no vendrán ni@piroptosis ni el resto que odia a los Mossos por catalanes y que van diciendo que tienen órdenes de matar o sacar ojos.