Encarnación Rando era esposa, madre y modista hasta que, en un viaje a Barcelona, comprobó los estragos de la droga en los jóvenes. De vuelta a Colindres, su pueblo en las últimas cinco décadas, creó la asociación 'Madres contra la droga' bajo cuyo paraguas empezó a ir casi a diario a la Prisión Provincial de Santander. A ayudar. En los últimos años le han llovido los reconocimientos por su ingente trabajo durante 32 años.
|
etiquetas: gente , entrevista , cárcel