Básicamente lo que hacen los videojuegos e Internet a nivel neurofisiológico es lo mismo que la caja tonta, solo que con una—considerablemente grande—diferencia: interactividad. Lo de la interactividad, qué queréis que os diga, a mí me mola—interconexión de ideas, ampliación de prespectivas, acceso a conocimiento hasta hace bien poco de una difusión muy limitada o directamente muy alejada del consenso social y que puede ser muy útil. Como dice Douglas Roushkoff...
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